Freud & Marx…

Partiendo de una pieza de Marco Antonio de la Parra, el Teatro Itinerante de Venezuela, reestrena la obra La secreta obscenidad de cada día, Freud y Marx, son disparados por requerimiento del autor, a su más transitoria condición, son individuos desmantelados con un único fin el terrorismo y como única salida para salvar sus almas traicionadas, donde la imposibilidad de alcanzar un nivel aceptable de retribución, provocan un primer acto de rebeldía individual: «la igualdad de la condición humana».la_secreta_obscenidad.jpg

De una parte, la dicha de saber que sus grandes sueños han sido utilizados para otros fines y la exposición de los verdaderos elementos, que se mueven en el trasfondo de la historia, desencadenándola en sus motivaciones más reales. La puesta en escena, no se reduce en ningún momento para llegar a comprender, que nuestras diferencias sólo existen en nuestras mentes. Su director utiliza un tono realista y no épico, que invita a la reflexión crítica y no a la emoción incontrolada; propugna una lucha organizada y consciente, y no una rebeldía anárquica, instintiva y estéril.
De otra, el análisis de la evolución en la conducta de la humanidad, que comienzan actuando impulsados por una situación personal de opresión, y terminan tomando conciencia de la necesidad de unirse y organizarse, para luchar eficazmente por la libertad de nuestras diferencias, su director Fermín Reina, ha huido tanto de la narración fragmentaria como de la simbología, obteniendo un difícil equilibrio entre el desarrollo de la historia y sus intenciones comprensibles.

En conclusión, por la sobriedad y fuerza del montaje, por la seriedad de un análisis que propone sin imponer, por la riqueza de la narración y su lógica aplastante, por la sencillez del estilo y del lenguaje, por la ausencia de todo oportunismo, La secreta obscenidad de cada día, es un ejemplo de teatro político y revolucionario. Un ejemplo que muchos otros directores deberían seguir.Pocos son los actores que he visto desnudos en la escena, y puedo decir con toda certeza que Dimas González y Fermín Reina, son dos de ellos, quienes se ratifican como excelentes actores, usando y combinando una gestualidad muy precisa, creativos en sus papeles, dan potencia y sentido a sus personajes de Marx y Freud. Porque se plantea con eficacia en el tema de la sociabilidad, como punto de partida para una auténtica revolución histórica de los pueblos.

 

Carlos Rojas

criticarojas@gmail.com
Especial para el Diario Vea/Un punto de vista

Fuente de la fotografía: Aliarts

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